Los perros han
pasado de ser los mejores amigos del hombre, a ser incluso sus terapeutas. Al
menos ese es el caso de los animales que prestan servicio en el programa de
Terapia Asistida con Animales de Compañía en Centros Penitenciarios de la
Fundación Affinity, en donde intentan que los caninos hagan de “herramienta
terapéutica” para tratar problemas de autoestima, comunicación y desarrollo de
valores.
Los reclusos
seleccionados para este tratamiento tienen que desempeñar en horarios definidos
una serie de tareas con las mascotas, tanto las agradables (como pasearlas por
diferentes módulos o entrenarlas para que hagan ejercicio) como las que no lo
son (por ejemplo, la recogida de excrementos).
La de Valdemoro es la primera cárcel madrileña en la que la Dirección General de Instituciones Penitenciarias ha autorizado la implantación de la terapia con animales de la Fundación Affinity, presente ya en 16 centros de toda España y «única en el mundo», según sus responsables.
«El programa
forma parte de su proceso terapéutico y tiene efectos positivos, pero difíciles
de cuantificar», subraya Dolores Muelas, subdirectora de Tratamiento en el
centro. Y añade: «Lo que sí se nota es que los internos están más relajados y
que no tienen partes disciplinarios».
Con información
de El Mundo
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